lunes, 2 de mayo de 2016

# Candidiasis # Diario

La maldición del chorizo


Que bien estaba yo sin saltarme las restricciones para poder estar estable de salud. No me la puedo jugar ahora haciendo las prácticas, necesito estar a tope. Pero claro, llega la euforia del viernes, quedar con gente y el que te apetezca ir a cenar fuera. 

Sigues portándote bien, ya que te vas a casa sin quedarte en ningún restaurante, pero ahí no termina el peligro. En el congelador tienes chorizo que ha estado comiendo Alca y que por esa euforia decido que sea parte de mi cena. 

Piensas: "Bueno, es chorizo, solo es una cosa. No será tan grave. Me lo merezco."

Disfrutas mientras te lo estás comiendo, parece que la cosa no ha sido mala, hasta que te levantas al día siguiente. Los mocos invadían mi nariz y mi garganta. El pañuelo volvió a formar parte de mi mano. Muy mala señal

Seguí pensando que no era para tanto porque al rato ya me restablecí en ese sentido. A lo largo del día empecé a sentirme un poco cansada. Seguí sin darle mucha importancia.

Dos días después, que fue ayer domingo, estaba tan cansada que no podía con mi alma. Ni siquiera salí de casa. Lo peor es que ese tipo de cansancio, esa sensación de estar como una cámara de fotos cuando la batería está parpadeando en rojo, no la había tenido exactamente igual antes.

Sufriendo candidiasis crónica cada día es una nueva aventura. ¿Veis por qué es imposible que me aburra? Todos los días son distintos. Todo son ventajas (cof cof).

El día de hoy iba por el mismo camino. Alca se preocupó bastante el pobre. Gracias a ello, encontró un blog de una chica que se asemeja mucho a mí en este sentido. Solo tiene una entrada pero es muy completa. Ese fue el click que me hizo pensar en crear este blog. 

Salimos por la tarde, después de mi siesta, a pasear la perra. La verdad es que sentía que los pies me pesaban 10kg cada uno. Para subir un poco de cuesta me las he visto y deseado para no irme hacia atrás. 

Sí amigos, así es la dura vida de alguien que está hecho mierda por dentro. Pero tranquilos, no todos los días son así, os lo acabo de decir: Todos los días son distintos.

Menos mal que luego me empecé a sentir con más energía, eso sí, a costa de lanzar bombas fétidas. Sí, me refiero a nuestros amigos gases, coloquialmente llamados pedos. 

2 comentarios:

  1. Jajaja bueno, de todo se aprende, y por suerte no fue grave grave. Un besico guapa.

    ResponderEliminar

Follow Us @soratemplates